Jorge Altamira, histórico dirigente trotskista argentino y fundador del Partido Obrero, desarrolló durante décadas una línea política basada en la independencia de clase y la revolución socialista. En los últimos años, dentro del propio Partido Obrero se generaron fuertes debates sobre la táctica electoral, el tipo de intervención en los movimientos sociales y la orientación interna. Altamira cuestionó lo que consideraba una adaptación de la dirección a posiciones más moderadas y un abandono de la estrategia revolucionaria tradicional. Estas diferencias se profundizaron a partir de 2018, cuando denunció que la conducción priorizaba acuerdos y alianzas que, a su juicio, diluían el programa socialista. La disputa derivó en un enfrentamiento abierto con el Comité Nacional, que finalmente decidió su expulsión junto a otros militantes de su corriente interna. Tras la ruptura, Altamira impulsó un nuevo agrupamiento político llamado Política Obrera, con el que busca continuar su labor de agitación, formación y organización bajo las mismas banderas marxistas que defendió desde sus inicios, pero con total independencia del Partido Obrero original.
