En 1980, Pérez Esquivel fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su liderazgo en la organización de movimientos no violentos en favor de los derechos humanos y la democracia en América Latina. Fue uno de los fundadores del Servicio Paz y Justicia en América Latina (SERPAJ), una organización que promueve la no violencia y la defensa de los derechos humanos.
Durante la dictadura militar en Argentina (1976-1983), Pérez Esquivel fue arrestado y torturado debido a su activismo. Sin embargo, su trabajo no se detuvo y continuó denunciando las violaciones de derechos humanos en su país y en toda la región.
Además de su labor como activista, Adolfo Pérez Esquivel es un artista reconocido, con varias de sus esculturas y obras expuestas en diferentes lugares del mundo. A lo largo de su vida, ha continuado abogando por la paz, la justicia social y los derechos humanos, tanto en Argentina como a nivel internacional.